Soldadura industrial: un proceso de contacto y unión indispensable

2022-06-20 09:46:40 By : Ms. Rebecca Wu

Si miramos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que casi todo aquello que nos rodea ha necesitado pasar por algún proceso de soldadura para conseguir su forma y resistencia final. Desde la mesa metálica que protagoniza nuestro salón, hasta nuestro coche o el avión en el que fuimos de viaje en las últimas vacaciones han pasado por procesos de soldadura industrial.

Si retrocedemos dos siglos en el tiempo, el único método conocido y efectivo para conseguir unir piezas metálicas era el que utilizaban los herreros, aquellos artesanos que calentaban en la fragua el hierro y lo modelaban a golpe de martillo. En la actualidad las cosas han cambiado mucho en este aspecto y los avances en los procesos de soldadura han sido muy destacables.

En esencia, la soldadura industrial procura la unión de dos o más piezas, generalmente metálicas, mediante diferentes fuentes de energía que, mayormente, tienen la función de proporcionar el calor necesario para que se produzca la fusión y total compenetración de los materiales.

Los principales metales que admiten soldadura son el acero y el acero inoxidable, el cobre, el níquel, el hierro y el titanio, además de sus diferentes aleaciones. Cada uno de ellos presenta unas características y una resistencia determinadas, por lo que su tratamiento habrá de ser lo más específico posible, admitiendo diferentes intensidades y tiempos de corriente en función de su resistencia, conductividad, etc.

Existen diferentes procesos de soldadura: por arco, por llama, por láser o por plasma son los más destacados. La soldadura por arco es una de las más habituales. En este caso la máquina forma un arco eléctrico entre el metal que quiere soldarse y el electrodo del soldador. El arco permite calentar el metal hasta fundirlo.

En los procesos de soldadura el gas tiene la principal tarea de preservar y proteger el baño de soldadura de las influencias atmosféricas, o lo que es lo mismo, de la absorción de nitrógeno y de la oxidación. Por ese motivo, es fundamental la elección del gas de protección, ya que puede influir en el proceso y resultado final. Argón, helio o dióxido de carbono son algunos de los más utilizados.

Los diferentes gases de soldadura se utilizan dependiendo del tipo de material, de la maquinaria utilizada y también en función del resultado que se quiera obtener. Por ese motivo, es fundamental entender cómo actúan y saber cómo utilizarlos correctamente, empleando los más adecuados a cada tipo de material. Por otra parte, es fundamental evitar riesgos, ya que se trata de procesos que en su mayoría producen emisiones de gas y calor, por lo que es básico realizarlos con todas las medidas de protección personal y tomando las precauciones necesarias.

Sin duda, la soldadura es un proceso de vital importancia en el sector de la industria, pues consigue la creación de productos seguros y de máxima confianza que son necesarios para su aplicación en diferentes escenarios, desde los ámbitos más técnicos y especializados hasta los ambientes más cotidianos.